Carrito supermercado misterioso

Carrito sorpresa, la emoción de no saber qué has comprado

Uno de los sectores que, continuamente, busca acciones de marketing dirigidas a sorprender, es el de los supermercados.

La enorme competencia, sobre todo entre las grandes cadenas, exigen que se reinventen, diseñen nuevas las estrategias, y que nunca dejan de sorprender.

Esta vez ocurre en Francia, donde algunos retailers, como Auchan o Intermarché ha lanzado una iniciativa que está teniendo un gran éxito y viralizando en redes sociales, de trata de la compra de los carritos misteriosos.

¿Qué son los “Carritos de la compra misteriosa”?

Una nueva y sorprendente tendencia de compra en los supermercados.

Se trata de carritos ocultos bajo un envoltorio totalmente opaco, llenos de productos de ese establecimiento que nadie conoce, o, por lo menos, no los clientes, que apuestan por ellos sin saber qué se llevan a casa.

Bajo el eslogan de Carritos de la compra misteriosa, esta campaña, que se realiza en decenas de super franceses, están repletos de productos no vendidos que se adquieren sin verlos, y sin posibilidad de devolución.

Se trata de una compra arriesgada, al azar, a muy bajo precio, por lo general, a un tercio del habitual.

¿Cómo funcionan estos “carritos misteriosos”?

La forma de actuar de estos supermercados frente a esta campaña es tan sencilla como poco habitual.

En los pasillos, se distribuyen unos cuantos de carritos, llenos de productos y envueltos con una lona opaca que impide que se vea el interior.

Los clientes recorren la superficie y seleccionan el que, a priori, les interesa sin saber mucho más, solo que son productos de ese establecimiento, y que van desde alimentos, menaje, juguetes, ropa de hogar, o incluso pequeños electrodomésticos.

Los carritos llevan un precio que está calculado con un 66% de descuento, y tiene marcadas las cantidades que van entre 50 € y 150 €.

Una vez que los clientes eligen un carrito de la compra misteriosa, allí mismo lo abren y es cuando descubren que se llevaba a casa.

Parece que esta compra tan emocionante tiene, por el momento, un éxito enorme, estos establecimientos hasta ahora han alcanzado la venta de 500 carritos de esta manera.

Beneficios de esta estrategia de marketing

El marketing en supermercados cuenta con un sin fin de estrategias para destacar de la competencia, una de este tipo permite hacerlo de manera espectacular, de hecho en redes ha sido una auténtica locura.

Tras la publicación de un vídeo con la experiencia de varios clientes, tuvo una visibilidad de más de 1,8 millones de veces en cinco días.

Parece que con ese resultado, una campaña tan poco habitual tiene consecuencias beneficiosas para quien se lanza a probarla.

Crean emoción y sorpresa al cliente

No saber qué hay, el riesgo de comprar a ciegas, aumenta la emoción en los clientes que no dudan en arriesgarse conscientes de los beneficios de su compra.

El riesgo puede valorarse y elegir, en caso de duda, los de menor valor, y optar por el carrito más económico, “por si acaso”.

Dan la oportunidad a nuevos productos

Las marcas pueden incluir en estos carritos esos productos nuevos o, por el momento, no demasiado populares, y tienen una buena ocasión de darlos a conocer para que sean descubiertos por los clientes.

Es una oportunidad para el consumidor de alejarse de las marcas de siempre, y apostar por otros ampliando sus opciones de compra.

Fidelizan

Es una experiencia novedosa y alejada de lo que se ha hecho hasta ahora.

La estrategia de marketing de estos “carritos misteriosos”, llama mucho la atención y deja huella en la mente de los clientes que ven la oportunidad de conocer ese supermercado en el que antes no se habían fijado, gracias a la publicidad que se hace de este evento.

Por otro lado, el establecimiento puede ampliar su mercado y mejorar la percepción de su marca entre los consumidores.

Apostar por tendencias y estrategias de marketing que no hace la competencia, o ser el primero en ofrecerlas, ayuda a destacar a cualquier negocio.

Facilita recordar tu establecimiento y colocarlo delante del resto en el momento en que el cliente decide que tiene que hacer la compra.

Esta estrategia con “carritos misteriosos” es buena prueba de ello, y de como todavía se puede innovar para sobresalir.

Platos preparados supermercado

Platos preparados en el supermercado, una tendencia en alza

En los últimos años, la alimentación de los españoles ha cambiado de una manera a tener muy en cuenta a la hora de ofrecer los productos en los supermercados.

No tanto la alimentación, sino la forma de alimentarse.

La vida moderna, cada vez más agitada y estresante, obliga, aun sin quererlo, a demandar una solución para los platos diarios, que lleva a cambios en la manera de afrontar los menús semanales.

El poco tiempo que hay en las casas para dedicar a la cocina, aumenta el número de consumidores que optan por los platos preparados para comer de manera equilibrada cada día.

Los supermercados tienen la oportunidad de “subirse a ese carro”, y ofrecer estos productos de calidad a sus clientes.

Platos preparados en auge en tu supermercado 

Lo que antes asociábamos, principalmente, con comida rápida y poco saludable, ha evolucionado a opciones tan variadas como equilibradas.

Los consumidores buscan platos que puedan utilizar en cuestión de minutos, pero no a costa de su salud, y están muy preocupados por la calidad y el sabor de los platos preparados que hay en el mercado

Como cualquier otro producto, hay una gran variedad que los clientes están dispuestos a probar, y para destacar de todos ellos, es muy importante elegir los ingredientes de calidad, el adecuado mantenimiento y los envases apropiados para cada uso.

No se trata de comer cualquier cosa, están a la venta verdaderos platos gourmet para que estén listos en cuestión de minutos.

Es una opción a tener en cuenta por quien está todo el día fuera de casa y no tiene tiempo, ni ganas, de ponerse a cocinar cuando llega, o para aquellos que comen en la oficina, y no les apetece pasarse horas preparando el menú que deben llevarse al día siguiente.

La variedad, rapidez y facilidad de preparación hacen de ellos una opción muy adecuada para, cada vez más, personas con una vida ajetreada.

Calidad de los platos preparados de supermercado

Este fenómeno no solo refleja un cambio en los hábitos alimenticios, sino también una mayor conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada y el valor del tiempo, del poco tiempo, que muchas veces tenemos libre en el día.

Los platos preparados de los supermercados ofrecen comodidad, el factor esencial que se busca, pero ya no solo se limitan a ser un plato que se tiene listo en 5 minutos, ahora, los ingredientes elegidos y el cuidado de su producción y conservación, son esenciales para la elección.

La garantía de ingredientes frescos y de calidad, los convierte en una opción atractiva para cualquier tipo de unidad familiar.

La evolución de la cesta de la compra: menos frescos y más preparados

En el pasado, la cesta de la compra la dominaban los productos frescos, frutas, verduras, carnes y pescados, no así en los últimos años, somos testigos de una notable evolución en las preferencias de los consumidores.

Cada vez más, se opta por productos pre elaborados y platos preparados en lugar de los tradicionales alimentos frescos para cocinar.

¿Por qué este cambio?, por, esencialmente el estilo de vida, muy diferente al de hace unos años.

En este contexto, los platos preparados ofrecen una solución cómoda y rápida que satisface las necesidades alimenticias, no solo de parejas o singles, sino de familias que viven sin un minuto libre para dedicarlo a la cocina.

Si no a diario, cada vez, se suman a esta tendencia, al ver que los productos del mercado son más sanos y equilibrados.

Por otro lado, la amplia variedad de platos preparados disponibles en los supermercados ha contribuido a su popularidad. 

Desde opciones vegetarianas y veganas hasta platos internacionales y especialidades locales, los consumidores tienen a su disposición una gama impresionante de alternativas para todos los gustos y preferencias culinarias.

Si bien los productos frescos siguen siendo importantes, los platos preparados han ganado terreno y es significativo tenerlos en cuenta en los establecimientos.

Platos preparados vs “fast food”

Cuando se termina la jornada, estás cansado, solo quieres comer algo y acostarte, tienes dos opciones.

Una llamada para pedir una pizza, una hamburguesa o algo similar, o tomarte unos minutos para calentar ese plato preparado que compraste en tu súper de confianza, y que solo tienes que sacarlo del frigorífico.

Las dos opciones son adecuadas en esos momentos puntuales en los que lo único que quieres es acostarse cuanto antes, cada una con sus cosas buenas y sus cosas malas.

¿Comida rápida o “fast food”?

Solo tienes que hacer una llamada para que, en poco tiempo, la cena entre por tu puerta.

Las cadenas de comida rápida están en casi todas partes, es muy fácil acceder a ellas en viajes o emergencias, su disponibilidad no la podemos poner en duda.

Tiende a ser una opción más económica que los platos preparados o comer en un restaurante, una alternativa no tan asequible para muchas personas, sobre todo para los más jóvenes.

Por otro lado, su gran cantidad de calorías, grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos, puede derivar problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas si se consume en exceso.

La calidad de los ingredientes utilizados puede ser cuestionable, con aditivos y conservantes para mejorar sabor y durabilidad.

Platos preparados de supermercado

Alternativa rápida y fácil, se ahorra mucho en preparación y en limpieza de la cocina para consumir platos menús equilibrados y variados. 

Las porciones individuales, o tamaños familiares, facilitan el control de las cantidades consumidas, y ayudan a mantener una alimentación adecuada.

Por otro lado, en comparación, pueden resultar más costosos, especialmente si se consumen con regularidad.

En cuanto al contenido nutricional, algunos pueden contener altos niveles de sodio, grasas saturadas y conservantes, para mejorar su sabor y vida útil, quizá no es la opción más saludable a largo plazo.

Aunque muchos platos preparados son sabrosos, es complicado que se igualen al sabor y la textura de una comida casera, fresca y recién cocinada, que sigue siendo la mejor opción.

Este auge de los platos preparados como preferencia ocasional de los consumidores es una oportunidad para ofrecer justo lo que necesitan según su estilo de vida.

Ponerlos a su alcance, junto con la opción tradicional de los ingredientes para preparar, proporciona a tus clientes esa alternativa sana a tener en el frigorífico, y de la que pueden echar mano en cualquier momento.

duda bio, eco u orgánico

Bio, eco, orgánico, … ¿cuál es la diferencia? 

Los supermercados cada vez más están llenos de productos con etiquetados muy diferentes que, a menudo, no son más que quebraderos de cabeza para esos clientes que apuestan por una alimentación más sana y que, además, no quieren perjudicar al planeta.

Elegir entre uno y otro, puede ser complicado, cuando no se conoce la diferencia de uno y otro y se tiende a elegir por precio, por recomendaciones, por publicidad u otro motivo que, para nada, cumple con el objetivo del comprador

Las preguntas que se hacen los clientes son, ¿por qué hay tantas etiquetas?, ¿hay alguna diferencia?, ¿qué quiere decir cada una?, ¿cuál es la más sana?, ¿por cuál me decido?

Intentemos resolver todas esas dudas para que el cliente acuda al supermercado seguro de qué va a comprar.

¿Qué son productos ecológicos?

Aunque pueda parecer que es una decisión que toma el productor, para colocar una etiqueta en sus productos, no es así, conseguir esta denominación implica cumplir unas normas determinadas y, sin ellas, esa calificación no puede utilizarse.

En Europa, la etiqueta de orgánico se concede con base en la legislación, en concreto de tres reglamentos, y solo lo que cumpla esas directrices, puede optar al sello de ecológico. 

El Reglamento 848/2018, el Reglamento (CE) 889/2000, y el Reglamento (CE) 1235/2008, todo lo que respeta lo establecido en ellos, adquiere la etiqueta eco.

Los alimentos que cuentan con ese distintivo tienen dos características que los diferencian de muchos otros:

No utilizar químicos nocivos en su proceso de elaboración, esto es, que no se emplean herbicidas, pesticidas ni fertilizantes artificiales.

Una producción se caracteriza por ser tradicional y sostenible.

Aunque nos vamos a centrar en los alimentos, hay otros productos que en se encuentran cada vez más en los supermercados y que no lo son, como de limpieza, cosméticos, de aseo personal, alimentos para mascotas, …, en general en todos los sectores, ya se busca conseguir que los definan como ecológicos.

¿Qué significa «Bio»?

“Bio” o “biológico” es una etiqueta específica por la que se certifica que, un alimento, se ajusta a las normas de la Unión Europea para ese tipo de productos.

Los alimentos bio se cultivan y producen de manera sostenible, sin el uso de pesticidas químicos ni fertilizantes sintéticos.

Este cultivo realizado de manera orgánica, permite que frutas y verduras maduren naturalmente, y se consigue con eso sabores más intensos y unos mayores beneficios nutricionales.

Libres de residuos tóxicos, no solo su consumo se centra en el sabor, sino que al hacerlo, se minimiza la exposición a sustancias químicas dañinas, algo que la salud de quien los consume agradece.

Son alimentos que no se manipulan genéticamente, a diferencia de los transgénicos, en los que se puede influir en sus propiedades al agregar genes de otros organismos vivos.

Diferencias entre bio, eco y orgánico

Es común que los términos «bio», «eco» y «orgánico» se utilicen de manera aleatoria y que, para el cliente, no tenga demasiada diferencia, pero cada uno cuenta con matices específicos que los diferencian.

Es bueno saber que no hablas de lo mismo cuando te refieres a uno u a otro.

Bio

«Bio» es una abreviatura de biológico, te acabamos de hablar de él.

En el contexto de los alimentos, se refiere a productos cultivados y producidos siguiendo prácticas agrícolas respetuosas con la naturaleza y la salud humana.

La base de estos productos es una producción sostenible, y la ausencia de pesticidas químicos y fertilizantes sintéticos.

La idea es lograr una conexión más directa con la naturaleza desde el proceso de producción.

Eco

«Eco» es una abreviatura de ecológico. 

Se relaciona con la producción que respeta y preserva el medio ambiente.

Más allá de la producción agrícola, la clasificación «eco» se extiende a prácticas que minimizan el impacto ambiental en todo el ciclo de vida del producto, también en embalaje y transporte.

Orgánico

«Orgánico» se refiere a productos alimenticios que se cultivan y producen conforme a normativas orgánicas específicas, los decretos que te hemos comentado al principio

Estas normativas, a menudo, se establecen por entidades gubernamentales.

La certificación orgánica implica prácticas agrícolas específicas, como la prohibición de pesticidas y fertilizantes químicos, junto con estándares para el bienestar animal, en el caso de productos de origen animal.

Diferencias entre ellos

Mientras que «bio» y «orgánico» están más centrados en prácticas agrícolas, «eco» abarca un enfoque más amplio, que incluye el impacto ambiental total.

«Orgánico» implica regulaciones gubernamentales y certificaciones específicas, por lo que puede ser diferente en cada país, según una determinada legislación, esto es que, un producto calificado orgánico en un país, puede no serlo en otro o, por lo menos, no se consideraría igual.

Comparten la idea central de sostenibilidad y respeto por la naturaleza, sus matices específicos dependen en gran medida de regulaciones y prácticas específicas de cada región. 

El impacto de las etiquetas bio en el consumidor

Las etiquetas bio tienen un impacto significativo en la percepción del consumidor, solo con verlas le ofrecen información clave sobre la procedencia y la calidad de los alimentos.

Su presencia en el envasado afecta a su decisión de compra, por la que se decanta al estar seguro de que, tanto elaboración como procedencia, se ajustan a ideales y a su estilo de vida, mucho más concienciado con su salud y con la del planeta.

Son etiquetas que ofrecen transparencia sobre los orígenes de lo que se come, y dan la sensación de contribuir a acciones más conscientes, en definitiva, influyen en la forma en que los consumidores perciben y eligen productos alimenticios.

No solo eso, sino que ofrecer toda la información sobre el cultivo y la producción fomenta la sensación de honestidad por parte de la marca, al sugerir que son productos son más saludables, libres de pesticidas y otros químicos nocivos. 

Así, los consumidores asocian la etiqueta bio con opciones más nutritivas y beneficiosas para la salud, relacionados, además, con la producción local y prácticas sostenibles que reducen la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos.

Es importante contar con una gran variedad de productos en los establecimientos, según las tendencias de compra de los consumidores, para que tengan a mano lo que buscan, y sea en su supermercado de confianza.

Los productos ecológicos son una gran apuesta por la que se van a decantar en comparación con el resto, y que, si ofrecen toda la información que necesita, el cliente deja de tener en cuenta el precio y apuesta por los beneficios.