Desde el inicio de la crisis y ahora cuando ya parece que empezamos a encontrar el suelo desde el que despegar de nuevo, hay datos que confirman la buena salud del E-Commerce, ha pasado estos convulsos tiempos sin inmutarse.
Comprar sin necesidad de desplazarse y el no estar sujetos a los horarios comerciales, sea quizás el motivo más poderoso para ese «nuevo cliente», sin duda la tecnología que ha conseguido que las pantallas de los dispositivos electrónicos sean atractivos escaparates también ha ayudado lo suyo. El comercio electrónico se ha mostrado como una poderosa herramienta que ayuda a disparar las ventas de las empresas. Según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la información (ONTSI), en España hay más de «quince millones de compradores on-line». Esa cifra nos da una idea del mercado potencial.
Según el director general de PayPal España y Portugal: «es un sector en pleno desarrollo que lejos de sufrir la crisis se ha acelerado con ella. Los consumidores se animan a comprar por Internet gracias a la facilidad y ahorro. El e-commerce es generador de empleo e impulsa, al mismo tiempo, el desarrollo tanto del comercio minorista como del mayorista.»
Podría parecer que estamos ante un invento novedoso y en realidad es la adaptación de algo que ya existía, a los nuevos soportes. Antes «la clienta» llamaba a la tienda por «teléfono» hacía «el pedido», «el tendero» tomaba nota y se mandaba «al chico» a llevar el pedido a la casa. Ahora «el nuevo cliente» se conecta desde «la tablet» llena «su carrito», la «tienda on-line» genera el pedido y las ordenes precisas para que «el reparto» lleve el pedido a la casa. El pequeño y mediano comercio fue pionero en la compra a distancia, ahora toca adaptarse a los nuevos soportes.
Cada vez más asociados de Unagrás optan por implementar a la presencia física en tienda, la presencia on-line para dar servicio a ese nuevo cliente, ambos modelos son necesariamente complementarios.