El nuevo consumidor español: preocupado, selectivo y consciente

El nuevo consumidor español: preocupado, selectivo y consciente

Con la economía doméstica en declive, una crisis sanitaria que amenaza con regresar y un panorama social complejo, es bastante comprensible que al menos un 53% de los encuestados para el informe de Consumo y Distribución de KPMG en España, manifiesten que su situación financiera es preocupante o sensible.

En líneas generales, el consumidor español ha adoptado nuevas características, convirtiéndose en una persona más atenta a la relación calidad-precio de los productos, que da menor preferencia al lujo o los productos no esenciales, además de preocuparse más por lo digital y terminar siendo más selectivo con sus compras.

Preocupado, selectivo y consciente: el perfil del nuevo consumidor español

Para el 70% de los consultados, la relación entre calidad y precio es un factor determinante en la elección de un producto, mientras que la confianza en la marca tiene un 46% de la atención. La facilidad de adquirir el producto, el hecho que exista información suficiente sobre el mismo son temas que preocupan a un 42% de los encuestados.

El 25% de los consultados manifiesta que desde el inicio de la emergencia sanitaria se ha visto en la necesidad de asumir una reducción de gastos, dando prioridad a los bienes esenciales y dejando a un lado aquellos considerados como lujos. Para el resto, si la situación financiera se los permite, darán preferencia a las vacaciones y el entretenimiento.

Actitud de los consumidores frente a la nueva realidad

El consumidor español ha tenido que adaptarse a los nuevos desafíos con la misma rapidez que la mayoría de los negocios, siendo cada vez más partícipe del mundo digital. Las compañías tienen que prestar atención a este detalle, ya que no todos los consumidores han aprendido a dominar las herramientas digitales.

Algunos puntos clave en la actitud del nuevo consumidor español, son los siguientes:

  • Experiencia de compra digital

Al igual que las empresas se vieron en la urgencia de adaptar sus estrategias de comercialización a las nuevas necesidades del mercado, los consumidores han tenido que aprender en tiempo record a manejarse dentro de los canales digitales al momento de realizar compras y contratar servicios, así como en el momento de procesar pagos.

Este impulso al entorno digital se percibe en todo sector, incluido el de los medios de pago, incrementándose los pagos digitales, el uso de tarjetas de débito y crédito dentro de plataformas online en al menos un 30%.

  • Reinvención de los establecimientos físicos

La tienda física necesita cambiar. Actualmente la frecuencia en que visitamos los establecimientos comerciales y la cantidad de tiempo invertido en esa actividad ha tenido un descenso considerable. El tema de la reducción de aforo, sumado al distanciamiento social implica que las tiendas tendrán que reinventarse.

  • Desarrollo de una relación de confianza con las marcas

Ahora más que nunca es imprescindible que las marcas trabajen sobre estrategias de fidelidad que les permitan relacionarse mejor con los consumidores. La transparencia sobre las medidas tomadas por las empresas para contener la enfermedad revelan su capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias.