En el año 2018, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) presentó el lema ‘’Un planeta sin contaminación por plásticos’’ para crear conciencia e informar sobre lo nocivo que es este material para la vida del planeta tierra y lo mucho que se agrava la situación a diario.
El plástico ocupa un lugar muy importante en la vida de los seres humanos, se ha vuelto un material muy útil y casi indispensable, que podemos encontrar en todos lados. Es un material derivado del petróleo que tiene una durabilidad infinita. Pero no es biodegradable, es capaz mantenerse y existir por muchos años, y hasta siglos.
Esta característica lo convierte en un arma letal para la vida del planeta, sobre todo, debido a que los restos de este material se desechan en cantidades astronómicas en el mar, afectando toda la flora y fauna marina y, por consiguiente, la vida humana, si seguimos los pasos de la cadena alimenticia.
Teniendo esto en cuenta, se ha convertido en algo de extrema importancia reducir el uso de plásticos de un solo uso y posteriormente, eliminarlo por completo en la medida de lo posible.
¿Qué abarca la nueva ley sobre plásticos de un solo uso?
La nueva legislación, enmarcada en la EEEC (Estrategia Española de la Economía Circular) establece que habrá limitaciones en el uso de determinados plásticos clasificados como no reutilizables, por ejemplo: vasos para bebidas, recipientes para alimentos, pajitas, entre otros.
La multa será de €0,45 por kilogramo de envase y se aplicará a todo fabricante, empresa de adquisición o de importación que utilice este material en territorio español.
El nuevo reto que debemos asumir contra el plástico
Esta problemática recae en gran medida en los hombros de los comercios y distribuidores, pues son los entes que permiten e incentivan la fabricación de packaging y otro tipo de plásticos de un solo uso.
Con las medidas que se están tomando y que empiezan a ser vigentes desde el 3 de julio de 2021, tomándose como punto de partida oficial el año 2022, se espera reducir el uso de plásticos de un solo uso en un 50% para el 2026 y en un 70% para el 2030.
Para lograrlo es necesario que tanto los comercios, distribuidores, como los consumidores, empecemos a buscar y utilizar alternativas al plástico y, también, a fomentar el uso de componentes distintos a este material.
Muchas empresas ya están aplicando medidas para contribuir y adaptarse al cambio, aún cuando el uso de nuevos materiales pueda suponer gastos adicionales. De igual modo, para los consumidores, determinados productos tendrán un precio acorde al material y el proceso de producción utilizados. A partir de 2023, cada comida o bebida envasada en plásticos será cobrada con recargo al consumidor y podrán visualizarse las diferencias en las facturas de la compra.
Supone un esfuerzo extra para quienes están dentro del mundo del comercio debido a las obligaciones y los calendarios a cumplir en cada comunidad autónoma para ejecutar un trabajo armonioso y efectivo. Y aunque estas medidas tengan pros y contras para todos los involucrados, se deben aplicar ahora, antes de que sea demasiado tarde y la situación no tenga vuelta atrás.