Neuromarketing es la aplicación de la neurociencia de forma que podamos impactar en la mente del consumidor y generar así un impulso a las ventas. Es una estrategia de marketing cuyo objetivo principal es conocer y comprender a profundidad los niveles de atención que muestran las personas a determinados estímulos y de esta manera, no solo explicar el comportamiento de las personas en cuanto a las compras que realizan, sino lograr influir de forma directa en dicho comportamiento en busca de aumentar el nivel de ventas de nuestro negocio.
Neuromarketing Vs Marketing tradicional
El marketing tradicional tiene una lógica que es muy difícil de contradecir, desde la ubicación de los artículos, los colores que se utilizan y estrategias como la publicidad en los puntos de venta. Todas estas estrategias son probadas por especialistas a lo largo de los años, y a pesar de que en apariencia evolucionan para adaptarse a los nuevos consumidores, en esencia permanecen rígidas, ya que siguen siendo los mismos conceptos probados. El neuromarketing por otra parte, apuesta a causar el mayor grado de influencia sobre los consumidores, por medio de la neurociencia, en otras palabras, buscar introducirse en la mente del cliente, en su procesamiento mental, con el fin de facilitar el proceso de venta, por medio de estímulos sensoriales que son aplicados a las estrategias publicitarias, haciéndolas aún más efectivas.
Algunas estrategias de neuromarketing que se pueden aplicar en un supermercado
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El miedo vende
Generar cierto grado de miedo en la mente del comprador es una de las mejores estrategias que se conocen en la industria de la publicidad. El miedo a perder una buena oferta es siempre un factor que causa aumento de ventas, por eso es que las ofertas siempre deben ser por un tiempo o cantidades limitadas, ya que este detalle será el que incite a la compra.
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Eliminar la figura del vendedor
Para cumplir sus funciones, el vendedor no puede parecer un vendedor y en ningún momento tiene que mostrarse desesperado por cerrar una venta, ya que esto resulta contraproducente. El trabajo del vendedor es, no parecer un vendedor. Es por esto que muchas cadenas de tiendas y supermercados han tomado el título “vendedor” y lo han sustituido por “asesor”, ya que esta diferencia permite que los vendedores sean considerados como expertos en su área, lo cual ayuda a vender más fácilmente.
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El proceso de compra es mayormente emocional
Aunque somos seres racionales, cuando se nos da a elegir entre dos productos la decisión es 80% emocional y por esta razón es posible manipular, hasta cierto grado, la elección de una persona. Es posible dirigir al consumidor y hacerlo elegir exactamente la opción que nosotros deseamos sin que este se dé cuenta de nada. Estrategias tan simples como el 3×2 tienen un efecto impresionante, ya que hacen que la mente del comprador reconozca más que un descuento, un producto de regalo… ¡Y las personas aman los regalos!