Veto Ruso a la carne

Veto Ruso a la carne

Leemos en elEconomista.es un análisis sobre la situación que el veto de Rusia al sector cárnico plantea, por su interés lo extractamos a continuación.

Veto Ruso a la carne

La industria cárnica busca nuevos mercados, especialmente en Asia y África, que compensen la caída de sus exportaciones en Rusia. Ampliar el portfolio de productos y clientes son otras dos alternativas.

Diversificar. Ese es el mayor reto de la industria cárnica de nuestro país ante un descenso de su demanda en España, provocado por la atonía consumista y la crisis económica, y la prolongación, al menos de un año más -hasta mediados de 2016-, del veto de Moscú que prohíbe las exportaciones comunitarias al territorio ruso.

Una diversificación que ha de tener tres patas: en producto, en clientes y en mercados. Así lo ha explicado a elEconomista Alimentación Juan Carlos Morán, consejero delegado de la cárnica Hemosa. «Estamos trabajando para incorporar nuevos productos, para venderlos a nuevos clientes, incluidos los del canal Horeca -hostelería y restauración-, y para llevarlos a nuevos mercados», sostiene.

Tres objetivos que esta compañía, fundada en 1975 y por la que pasa una media de 36.000 toneladas de carne cada año, ya está poniendo en marcha.

¿Cómo? Para empezar llevando sus productos a nuevos mercados. De todo el planeta, son las importaciones de China, Japón y Corea las que ya representan el 60 por ciento de las exportaciones de Hemosa. El 40 por ciento que resta a la totalidad de sus ventas fuera de España va a parar todavía a algunos países de la Unión Europea, como Francia, República Checa y Rumanía.

Sin embargo, estos destinos no se antojan una panacea, ya que el veto ruso no sólo ha afectado a las exportaciones españolas, sino a las de todos los países comunitarios, por lo que el exceso de productos cárnicos no es algo propio de nuestro país. De ahí que Hemosa siga buscando territorios a los que llevar sus productos.

Barreras expansionistas

En esa lista de posibles candidatos figuran, aunque con dificultades, Estados Unidos, América Latina y el continente africano. «Estados Unidos es un mercado muy interesante, pero tienen unos protocolos muy exigentes que dificultan la entrada como el exigir que separemos la producción que les va destinada de la que no.

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