Leemos en la web de Cinco Días un artículo sobre marcas e innovación, que por su interés os pasamos a resumir a continuación.
Un yogur con sabor nuevo, un champú con distintas propiedades, unas cuchillas que duran más afeitados. Todos estos productos son innovaciones que llegan cada cierto tiempo a los lineales de los supermercados. Un 40% de los consumidores añadieron uno de estos artículos en su última cesta de la compra, según Nielsen. Hay interés por ellos, más de un 60% valora positivamente que la industria los ofrezca, pero tres de cada cuatro lanzamientos fracasan en su primer año de vida.
El tema de las innovaciones ha sido uno de los grandes caballos de batalla entre productores y distribuidores y un arma arrojadiza entre las partes en la negociación del código de buenas prácticas que tiene que ver la luz este año. Las marcas, a través de asociaciones como Promarca, han señaladoen repetidas ocasiones a los supermercados por no dar espacio a sus nuevos productos para dejárselo a la firma propia. Por su lado, las asociaciones de supermercados han defendido que se trata de lalibertad de decisión de los distribuidores sobre su surtido.
Ana Barrio, directora de innovación de Nielsen Iberia, llama a la coordinación entre las partes para conseguir conocer mejor las necesidades del cliente. Aconseja que “hay que intentar trabajar juntos” ya que “el éxito de un producto es bueno para las dos partes”.
El estudio realizado ahora por Nielsen y otro publicado a finales del año pasado evidencian otra razón para el fracaso y señalan que hay insatisfacción entre los consumidores. En concreto, el 50% de los consumidores consultados consideran que son caros los nuevos productos y un 34% considera que no son prácticos. “Hay que entender las necesidades y carencias del consumidor antes de lanzar un nuevo artículo”, explica Barrio. El usuario es cada vez más exigente con estas referencias.
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