Uno de los artilugios más conocidos del mundo moderno puede que sea el carrito de supermercado, sencillamente por el hecho de ser indispensable para nuestras compras semanales.
Seguramente sin él la tarea de hacer la compra sería mucho más complicada y sumamente incomoda. Hoy en las curiosidades vamos a hablar un poco acerca de este fenomenal invento que a veces pasa desapercibido y al que no le damos la importancia que realmente merece.
El carrito de supermercado fue inventado por un estadounidense
Sylvan Nathan Goldman, quien era propietario del supermercado Humpty Dumpty en Oklahoma, veía con preocupación la incomodidad que sufrían los clientes de su establecimiento cuando realizaban sus compras, hasta el punto en que dejaban de comprar debido a la necesidad de cargar bolsas. Fue entonces cuando Goldman invento unos pequeños carritos cuadrados y los coloco en su supermercado.
Lo curioso del asunto es que, aunque facilitaban la labor de compra, nadie le prestó mayor atención al carrito de supermercado recién inventado. La estrategia que aplico entonces fue contratara varias personas y hacer que recorrieran el supermercado con los carritos, realizando compras, llenando los carritos y trasladando la mercadería por todo el establecimiento de manera cómoda.
Este gesto fue imitado por otros clientes hasta que finalmente comenzaron a sacar provecho a ese invento sencillo pero extremadamente funcional. Lo que ocurrió posteriormente fue que la voz se corrió a lo largo de la ciudad y otros establecimientos decidieron incorporar el carrito de supermercado comprándoselos a Goldman.
Más tarde el inventor los perfecciono haciéndolos más angostos y logrando la forma que permite que se incrusten unos a otros para facilitar su almacenamiento lineal tal y como lo conocemos en la actualidad. Incluso, viendo que muchas madres iban con sus pequeños a hacer la compra, adiciono el espacio donde hoy en día se cargan a los niños dentro del carrito.
Un invento simple y revolucionario
En aquel momento, durante el año 1936, las personas compraban en el supermercado con cestas y bolsas, lo cual era realmente incomodo. Para solventar este inconveniente, a Goldman se le ocurrió colocar una cesta encima de una silla plegable a la que adaptó también unas ruedas en las patas. Es allí cuando se crea el primer carrito de supermercado de la historia, un invento tan simple y sencillo como innovador, que se mantiene en la actualidad con muy pocas variaciones a nivel funcional.
Con la ayuda del mecánico Fred Young, se logro construir carritos mucho más sofisticados y sencillos de almacenar, aunque en un principio la novedad no tuvo la popularidad que se hubiera pensado ya que las mujeres lo consideraban poco estético y los hombres pensaban en este artilugio como una demostración pública de falta de fuerza, así que preferían evitar su uso.
Con algunos trucos se logro hacer popular este artilugio y posteriormente se popularizo de tal manera que en la época moderna es casi inconcebible visitar un supermercado y no tener un carrito disponible para transportar las comprar que realizamos.