Mitos y verdades sobre los productos de supermercado: lo que tus clientes creen (y cómo ayudarles)

Seguro que más de una vez has escuchado a un cliente decir frases como: “este pan es integral porque es marrón”, “los productos light adelgazan” o “lo bio siempre es más sano”.

Los consumidores llegan cada día con un montón de ideas preconcebidas sobre los alimentos que encuentran en tus estanterías. Muchas se han repetido tanto que parecen verdades absolutas… pero no siempre lo son.

¿Por qué hablar de mitos y verdades en alimentación?

La alimentación es un tema del que todo el mundo opina, pero no siempre desde el conocimiento. Entre internet y las redes sociales, la información circula sin filtros: algunos consejos son buenos, otros se quedan a medias y muchos son directamente erróneos.

En tu caso tienes una gran ventaja: estás en el día a día de las compras de tus clientes y puedes ofrecerles información sencilla (y, sobre todo, cierta), que les ayude a entender mejor lo que compran.

Los 7 mitos más repetidos en los pasillos del súper

Los has escuchado una y otra vez: frases hechas, ideas populares o creencias que tus clientes dan por ciertas sin plantearse si realmente lo son. 

Estos mitos se cuelan en las conversaciones diarias y en las decisiones de compra, influyendo incluso en qué productos eligen y cuáles descartan.

Por eso, es clave conocerlos bien, entender qué hay de verdad detrás de cada uno para poder quitárselos de la cabeza.

Repasemos siete de los más comunes en alimentación y veamos cómo aportar más claridad al consumidor.

Mito 1: “El pan integral siempre es integral”

Uno de los productos que más dudas genera es el pan. 

A menudo piensan que todo pan “oscuro” ya es integral, pero no siempre es así. Muchas veces, el color se consigue añadiendo malta o harina de otro tipo, sin que realmente tenga un mayor contenido de fibra.

La verdad

Un pan solo se puede llamar integral si está hecho 100% con harina integral. De hecho, desde 2019 tenemos una normativa que regula el etiquetado del pan: si no es 100% integral, debe especificarse en el envase o en el cartel de venta.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Asegúrate de que los carteles en la panadería indiquen si el pan es integral o mezcla.

Forma a tu equipo para explicar la diferencia a los clientes que lo pregunten.

Si tienes blog o redes sociales, comparte posts con trucos para identificar un pan integral real. En tu caso, con este ya das un paso.

Mito 2: “Light significa más sano”

La palabra light es una de las más atractivas para los consumidores. Se asocia de forma directa con salud, con bajar de peso o con que un producto es mejor que el normal.

La verdad

Un producto light no significa necesariamente que sea sano. Lo que quiere decir es que tiene, como mínimo, un 30% menos de calorías o de algún nutriente respecto al producto original. Eso no implica que sea bajo en azúcares, grasas o aditivos.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Explica en tu blog o redes que “light” es una comparación con el producto original, no una garantía de salud.

Apuesta por destacar opciones que de verdad sean saludables en tus lineales: frutas, verduras, frutos secos al natural…

Mito 3: “Los productos bio, eco u orgánicos siempre son más saludables”

El auge de lo ecológico ha llegado para quedarse, de eso ya no cabe duda.

Cada vez más clientes buscan productos bio o eco convencidos de que son más nutritivos y mejores para la salud.

La verdad

Un producto ecológico se diferencia por el método de producción (respeta ciertos criterios ambientales y de bienestar animal), pero eso no significa que automáticamente sea más nutritivo. 

Una galleta ecológica sigue siendo una galleta, con azúcares y grasas.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Antes de nada, entiende que tus clientes valoran la opción eco. Pero puedes orientarles con mensajes claros.

Recuerda en tu comunicación que “eco” no significa libre de azúcar, sal o grasas.

Destaca el valor real de estos productos: respeto al medio ambiente, apoyo al productor local, …

Mito 4: “Lo sin gluten es más sano para todos”

En los últimos años, el mercado de productos sin gluten ha crecido muchísimo. Algunos clientes los buscan porque creen que son más ligeros o saludables.

La verdad

Son esenciales para las personas celíacas o con sensibilidad al gluten. Para el resto de consumidores, no hay ninguna ventaja añadida. De hecho, a veces estos productos tienen más azúcares o grasas para compensar la textura.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Ofrece una sección sin gluten clara y bien identificada para quienes realmente lo necesitan.

Apoya a las asociaciones de celíacos con colaboraciones o materiales informativos: así tu supermercado se convierte en un aliado para este colectivo, a quien le resulta complicado encontrar los productos que necesitan en su día a día.

Mito 5: “Los productos congelados son de peor calidad”

El congelador del súper muchas veces se percibe como un plan B o una opción menos sana que lo fresco.

La verdad

La congelación es un método de conservación que mantiene los nutrientes prácticamente intactos. Muchas verduras congeladas se procesan pocas horas después de la cosecha, conservando vitaminas incluso mejor que algunas verduras frescas que han pasado varios días en transporte.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Asegura a los clientes que tengan esa duda que un pescado congelado de calidad puede ser tan nutritivo como uno fresco. Incluso destaca recetas fáciles con congelados en tus redes.

Cuida la presentación de la sección de congelados para transmitir frescura y confianza.

Mito 6: “El azúcar moreno es más sano que el azúcar blanco”

Muchos eligen azúcar moreno convencidos de que es más natural y menos dañino.

La verdad

El azúcar moreno tiene prácticamente la misma composición que el blanco: ambos son azúcares libres. 

La diferencia principal está en el proceso de refinado y en que el moreno conserva algo de melaza, lo que le da color y un ligero aporte mineral, pero su impacto en la salud es el mismo.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

No refuerces el mito con mensajes engañosos.

Si vendes azúcar moreno, acompáñalo de información clara.

Da alternativas para endulzar: frutas, canela, edulcorantes naturales.

Mito 7: “El aceite de oliva virgen extra engorda más”

En la cultura mediterránea, el aceite de oliva es un básico. Sin embargo, hay quienes creen que por ser “virgen extra” es más calórico que otros aceites.

La verdad

Todos los aceites tienen el mismo aporte calórico: alrededor de 9 kcal por gramo. Lo que diferencia al virgen extra es su calidad, sus antioxidantes y su sabor.

¿Cómo puedes ayudar desde tu supermercado?

Informa a los clientes de que elegir virgen extra es una cuestión de calidad, no de calorías.

Crea campañas en torno a la dieta mediterránea, con protagonismo del aceite de oliva. En ellas puedes también resaltar marcas locales o de cercanía, que aporten valor añadido.

Los mitos en alimentación seguirán circulando, pero tú puedes ayudar a gestionarlos de otra manera: con información correcta y clara. Cada vez que lo haces, estás aumentando una relación de confianza con tus clientes.

El objetivo no es dar lecciones, sino acompañarles en un proceso de compra más consciente y seguro. Y eso se traduce en fidelidad.