8 claves para sobrevivir los días: 22, 24, 31 y 5

Cada año ocurre lo mismo: llega diciembre y, de repente, el supermercado se convierte en un torbellino

Los días 22, 24, 31 y 5 son los más intensos del año. Pasillos llenos, clientes con prisa, productos que vuelan (aunque los repones una y otra vez) y un ambiente frenético donde cada minuto cuenta. 

Para muchos supermercados, estos días son sinónimo de estrés; para otros, son una oportunidad brutal de venta y fidelización

La diferencia está en cómo te prepares.

Planifica el stock con antelación y no con intuición

En estos días no puedes improvisar. 

Hay productos que literalmente desaparecen, pero lo bueno es que cada año pasa lo mismo, así que solo tienes que revisar tu histórico del año pasado y comparar días similares. Tan solo eso te da una pista clara para actuar este año.

No se trata de llenar el almacén sin control, sino de tener la cantidad justa para no fallar en productos clave. Cuando el cliente ve lineales llenos en días tan caóticos, percibe orden, confianza y profesionalidad. Sabrá que puede contar contigo cuando lo necesite.

Refuerza la reposición durante el día, no solo por la noche

Son días superfuertes: lo que repones por la mañana desaparece antes de que llegue la tarde. Y un lineal vacío a mitad del día resta ventas y da muy mala imagen. Es mejor tener a una persona dedicada casi al 100% a reposición durante las horas punta que correr a última hora.

El súper debe sentirse vivo, en movimiento, siempre con producto fresco y disponible. El cliente lo nota.

Prepara un recorrido más ágil para el cliente

Cuando tu establecimiento está lleno, la circulación se vuelve torpe. Y cuando el cliente siente que no puede avanzar, se frustra.

Intenta estos pequeños ajustes que pueden evitar atascos: 

Pasillos más despejados. 

Zonas de entrada y salida organizadas.

Expositores móviles desplazados a zonas más amplias, 

Productos más buscados colocados en puntos visibles y muy accesibles.

En días como estos, la rapidez es parte de la experiencia de compra.

Señaliza lo esencial de manera muy clara

Lo vives cada año: el cliente llega con prisa, con la mente en mil cosas y queriendo terminar la compra rápido. Cualquier obstáculo visual le roba tiempo.

 Por eso, en estos días, la señalización tiene que ser más evidente: ¿dónde está el hielo?, ¿dónde están las bebidas?, ¿dónde encontrar los dulces típicos?, ¿qué productos están en oferta?, ¿qué productos son novedades para las fiestas?, …

Pónselo fácil, y cuanto menos tenga que pensar, más fluida será su compra (más volverá)

Prepara una caja rápida de verdad 

Evita filas eternas, son el gran enemigo de estos días.

Si puedes habilitar una caja adicional, hazlo. Si puedes convertir una caja tradicional en autoservicio temporal, también.

Lo fundamental es que avancen rápido, incluso cuando haya mucha gente. Un cliente que se siente bien atendido en días de locura, es un cliente que vuelve en enero y en el resto del año.

Ten personal extra para resolver dudas

Estos días la gente pregunta más: ¿dónde está X?, ¿hay más stock de Y?, ¿cuál es la mejor opción para Z? Tener a alguien disponible para resolver dudas agiliza la compra, evita atascos y mejora muchísimo la experiencia.

No se trata de aumentar la plantilla si ves que no lo necesitas. Solamente con contar con un par de personas que puedan moverse por la tienda para atención rápida es suficiente para dar seguridad a quien está aturdido entre tantas opciones.

Cuida especialmente cada día clave

Cada uno de ellos tiene sus particularidades y tenerlas en cuenta de antemano ayuda a que todo vaya como la seda (y nadie se quede sin nada). Si creas pequeños espacios con estos productos protagonistas, las ventas suben y los clientes no tienen que recorrer toda la tienda para encontrarlos.

Además, no olvides tener en cuenta dietas especiales (vegetarianas y veganas) e intolerancias (sin gluten, sin lactosa, …), son clientes que tienen limitaciones en su compra y les resulta más difícil encontrar productos estos días.

Día 22: el pistoletazo de salida 

La primera gran ola. 

La gente empieza a comprar para las cenas, pero aún no están en modo “urgencia máxima”. Eso te da margen para organizarte y marcar el ritmo del resto de la campaña.

Este día es ideal para ordenar, reforzar y anticipar. Ten bien surtidas las categorías que más sufrirán en los próximos días: frescos, refrigerados, bebidas, dulces navideños y productos típicos. 

Además, es un momento perfecto para revisar la señalización interna y asegurarte de que los clientes encuentren lo que buscan sin tener que preguntar cada tres pasos. 

No hay que olvidar que cuanto más autónomos sean, menos atasco tendrás en tienda y menos van a interrumpir la dinámica del personal.

El día 24: la compra del último minuto 

El 24 es adrenalina pura, la locura absoluta. 

Todo el mundo tiene algo esencial que se le ha olvidado, un cambio de planes, un “me falta el pan”, un “trae tú el postre que yo no llego”.

Es el día más emocional del mes (y hasta del año), donde la prisa manda y la paciencia del comprador va justita, porque nada puede fallar.

Aquí no vale improvisar.

Debes tener las cajas fluidas, abrir todas las que puedas y reforzar con personal extra en horas pico. También es clave tener islas de productos rápidos en zonas estratégicas: panettones, bandejas de quesos, vino, turrones… lo típico que la gente coge al vuelo.

La tienda debe estar muy ordenada desde primera hora, porque después del mediodía apenas tendrás tiempo de reponer con calma.

El día 31: el 24, pero con glamour y cava

Se parecen mucho, pero con el añadido de que ahora entran en juego productos más festivos: uvas, bebidas premium, charcutería fina, canapés, aperitivos preparados y todo lo relacionado con la cena de fin de año.

Refuerza las zonas de frío: los clientes abusan del “lo compro ya preparado”, porque no tienen mucho tiempo de preparar nada.

Haz que las uvas sean imposibles de no ver: carteles claros, colocación en cabecera y muchas opciones (en tarrinas, en bolsita, sin pepitas…), que sea como sea que le guste tomarlas, en tu local tengan esa opción.

El día 5: el rey del “ups, casi se me olvida”

Es el día de la compra improvisada por excelencia.

Sin duda, es el más peculiar: mezcla compras de comida y la fiebre de última hora de regalos, dulces, roscón y pequeños detalles.

Ten preparado un rincón de emergencias: pilas, juguetes pequeños, bolsas de regalo, caramelos, turrones rebajados, chocolatinas y productos que salvan la vida a quien llega desesperado (que ya verás cómo serán unos cuantos).

Sin olvidar que el 5 todo el mundo compra roscón. Mucho y durante todo el día.

Mejor si lo señalizas con claridad, lo colocas en una zona de impacto y lo complementas con bebidas calientes, cacao, leche vegetal o lo que mejor funcione en tu tienda.

Cuida el ambiente: música, orden y una sensación de control

En días de mucho tráfico, el ambiente pesa y tiene una importancia mayor que en otros meses. 

Música demasiado alta, pasillos caóticos o carros acumulados transmiten estrés. Por el contrario, un local que transmite orden influye en el comportamiento del cliente. Incluso algo tan simple como mantener limpios y ordenados los pasillos o reorganizar los productos más manejados da esa sensación de calma y control que necesitan para realizar la compra.

Los días clave no tienen por qué ser un caos. Con un poco de estrategia y algo de anticipación, estos días pueden convertirse en los más rentables del año sin acabar con la paciencia de todo tu equipo.

La sensación que se lleve el cliente en pleno estrés navideño marcará si vuelve contigo o busca alternativas.