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Cómo adaptar tu supermercado a los clientes de paso este verano

El verano no solo trae calor y días largos: también trae turistas.

Y si tienes un supermercado en una zona con afluencia de visitantes, esta puede ser una excelente oportunidad para aumentar las ventas y fidelizar nuevos clientes. Pero para lograrlo, no basta con abrir las puertas y esperar a que entren. Hay que adaptarse a sus necesidades, gustos y costumbres.

Te damos las claves para preparar tu supermercado para recibir nueva clientela (que en muchos casos es de otros países), mejorar su experiencia de compra y, de paso, aumentar tus ingresos esta temporada.

#01.-¿Por qué es importante adaptarse a clientes de paso?

Aunque no son tus clientes habituales, durante los meses de verano pueden representar un porcentaje importante de tus ventas. Muchos hacen la compra diaria o semanal cerca de donde se alojan, y si tu supermercado les resulta cómodo y agradable, es probable que repitan.

Además, suelen tener un ticket medio más alto. Compran con más alegría, se permiten algún capricho y valoran especialmente la comodidad, la variedad y la rapidez.

Conoce a tu “nuevo cliente”

No todos son iguales. Para adaptar bien tu supermercado, lo primero es observar qué tipo de visitantes llegan a tu zona:

¿Vienen en familia, en pareja o con amigos?

¿Son españoles o extranjeros?

¿Se alojan en hoteles o en apartamentos turísticos?

¿Van a la playa, a la montaña o hacen turismo urbano?
Cuanto más sepas de ellos, mejor podrás anticiparte a lo que buscan y cómo ofrecerlo.

#02.-Mejora la comunicación: que te entiendan es clave

Una de las primeras barreras que pueden tener los turistas, sobre todo los extranjeros, es el idioma. Aunque parezca un detalle menor, no lo es. Hacer pequeñas mejoras en este aspecto puede marcar la diferencia.

¿Qué puedes hacer para facilitar la comunicación?

Antes de poner carteles o menús en otro idioma, es bueno saber qué puede ayudar de forma sencilla:

Etiquetas en varios idiomas, sobre todo en secciones como panadería, charcutería o productos locales.

Carteles informativos, señaliza pasillos, cajas, baños o zonas especiales con pictogramas o palabras clave en inglés (o en otros idiomas, según el perfil de tus turistas).

Personal formado, no hace falta que todos hablen inglés perfecto, pero sí que sepan decir frases básicas o responder con amabilidad usando gestos o palabras sencillas.

Estas pequeñas acciones hacen que el turista se sienta más cómodo, y, por tanto, más dispuesto a comprar.

Amplía tu surtido: lo que buscan los “visitantes”

No siempre buscan los mismos productos que los clientes habituales. Están de vacaciones, tienen otros horarios y otras costumbres. Anticiparse a esto puede hacer que llenen más fácilmente la cesta de la compra.

Productos que no pueden faltar en verano

Aquí tienes una lista de productos que conviene destacar o reforzar durante la temporada turística:

Bebidas frías: agua, refrescos, zumos, cervezas. Si están listas para llevar, mejor.

Snacks y comida rápida: para excursiones o días de playa.

Comida preparada o fácil de cocinar: platos listos, ensaladas, pasta precocinada, etc.

Productos típicos locales: quieren probar productos del lugar, como quesos, embutidos, vinos o dulces típicos, y puede ser una buena oportunidad para ti.

Artículos de playa o verano: sombrillas, cremas solares, chanclas, hieleras, etc.

Productos básicos en tamaño pequeño: pasta de dientes, champú, detergente, papel higiénico… para estancias cortas.

Tener este surtido bien colocado y visible aumenta las posibilidades de venta. Puedes incluso crear un pequeño «rincón turístico» con estos productos destacados.

Adapta el horario (si puedes)

Muchos hacen sus compras a horas distintas a las habituales. Algunos desayunan tarde, otros cenan tarde, y la mayoría aprovecha el día fuera para hacer turismo. Si tienes flexibilidad, ampliar un poco el horario puede ayudarte a captar más ventas, especialmente en las tardes o los fines de semana.

Si no puedes abrir más horas, intenta al menos que el servicio en las horas clave sea rápido y fluido, reforzando personal si es necesario.

Apuesta por una buena señalización y organización

Para alguien que entra por primera vez en tu supermercado, encontrar lo que necesita puede ser complicado. Y si encima va con prisa o no entiende bien el idioma, la experiencia puede ser frustrante.

Algunas mejoras sencillas que ayudan mucho:

Carteles grandes y claros para identificar cada sección.

Pasillos ordenados y amplios para facilitar el movimiento con carritos o carros.

Colocación estratégica de productos de temporada o típicos (entrada, caja, zonas centrales).

Cajas rápidas para compras pequeñas, si es viable.

El objetivo es que la compra sea intuitiva, rápida y agradable.

Saca partido a tus redes sociales o web

Aunque parezca que no es tan relevante para un supermercado de barrio, muchos buscan recomendaciones antes de llegar a su destino. Tener presencia online puede darte visibilidad.

Mantén tu ficha de Google actualizada con horario, fotos recientes y comentarios.

Publica en redes sociales alguna promo, fotos del local o información útil para visitantes.

Incluye mapas o datos útiles en tu web si tienes una, aunque sea básica.

Si te encuentran antes de llegar… ya tienes mucho ganado

Adaptar tu supermercado a esos clientes de paso que en los meses de verano no significa hacer grandes cambios, sino tener una mirada estratégica. Pensar en las necesidades de esos nuevos clientes, anticiparte y ofrecerles una buena experiencia hará que tu negocio destaque en la zona.

Además, un cliente “veraniego” contento es un excelente embajador: puede recomendarte, volver el año siguiente o dejar una reseña positiva que atraiga a otros.

Compras de última hora: claves para no perder ninguna venta

Cada vez más clientes hacen compras improvisadas: una cena que no estaba prevista, una visita inesperada, el desayuno olvidado o el clásico “¡se me ha acabado la leche!”. 

Este tipo de compras, conocidas como de última hora, están en aumento y suponen una gran oportunidad para los supermercados.

Saber cómo adaptarte a estos hábitos te ayuda no solo a vender más, sino a fidelizar a quienes recurren a ti cuando más lo necesitan. Te damos ideas y consejos prácticos para que tu supermercado esté preparado para las prisas… y no pierdas ni una venta.

¿Qué son las compras de última hora y por qué van en aumento?

Las compras de última hora son aquellas que el cliente no tenía planeadas. Pueden darse a cualquier hora del día, pero son especialmente comunes al final de la jornada laboral o los fines de semana.

Este tipo de comportamiento se ha vuelto más común por varios motivos:

  • Compras online combinadas con visitas puntuales al súper físico.
  • Familias más pequeñas y menor previsión en las compras.
  • Jornadas laborales largas y ritmo de vida acelerado.
  • Cambios de planes constantes.

¿El resultado? Una necesidad creciente de resolver imprevistos rápidamente. Y ahí es donde entra tu supermercado.

¿Por qué es importante adaptarse a esta tendencia?

Muchos supermercados centran su estrategia en grandes compras, promociones semanales o clientes que vienen con una lista hecha desde casa. Pero los consumidores que compran de manera impulsiva también son importantes: suelen buscar soluciones rápidas, están dispuestos a pagar un poco más por la comodidad y, si les das una buena experiencia, vuelven.

Adaptarte a ellos significa estar un paso por delante y diferenciarte de la competencia.

Claves para adaptar tu supermercado a las compras de última hora

Vamos a ver algunas ideas prácticas para que tu supermercado se convierta en la primera opción cuando alguien necesite comprar algo con prisa o sin planificar.

01. Amplía los horarios de apertura (si es posible)

Uno de los mayores obstáculos para las compras de última hora es que muchos supermercados ya han cerrado cuando el cliente las necesita. Si puedes permitirte abrir hasta un poco más tarde, especialmente los viernes o domingos por la mañana, estarás dando una solución real a muchas personas.

Incluso aunque no abras más horas, asegúrate de que el cliente sabe bien cuál es tu horario: ponlo visible en escaparates, redes sociales, Google y demás plataformas.

02. Crea zonas de “compra rápida”

Muchos compradores de última hora no quieren recorrer todo el supermercado. Van directos a lo que necesitan y quieren salir cuanto antes. Por eso, puedes plantear una zona de productos de compra rápida o de emergencia cerca de la entrada o las cajas. Hablamos de, por ejemplo:

  • Pan, leche, huevos y fruta.
  • Ingredientes para una cena rápida.
  • Productos de desayuno o merienda.
  • Artículos de higiene básica o productos para bebés.

Lo ideal es que esta zona tenga buena iluminación, cartelería clara y esté bien surtida.

03. Productos listos para consumir

El cliente con prisa valora mucho los productos que puede consumir directamente o con muy poca preparación. Esto aplica tanto a comida como a artículos de limpieza, básicos para el hogar o snacks para llevar. Por ejemplo:

  • Platos preparados y refrigerados.
  • Ensaladas listas para comer.
  • Panadería y bollería individual.
  • Zumos, batidos, yogures y snacks saludables.
  • Comidas para llevar (si tienes zona de caliente, aún mejor).

Incorporar o potenciar estos productos puede aumentar considerablemente las ventas de última hora.

04. Señalización clara y útil

El cliente que entra con prisa no quiere perder tiempo buscando. Si tu supermercado tiene buena señalización, ganarás puntos. No se trata solo de poner los nombres de las secciones, sino de facilitarle la compra al máximo:

  • Carteles llamativos con los productos más buscados.
  • Indicaciones claras hacia los básicos (pan, leche, huevos).
  • Promociones destacadas a la vista, especialmente si son packs “salvavidas”.
  • Separar bien los productos fríos, calientes y refrigerados.
  • Una buena señalización no solo mejora la experiencia de compra, también reduce las colas y mejora el flujo en tienda.

05. Ofrece opciones de pago rápidas y sencillas

Una fila larga de gente esperando hace que un cliente con prisa se marche sin comprar. Las compras de última hora suelen ser pequeñas, así que agilizar el pago es clave. Algunas ideas que puedes aprovechar son:

  • Cajas de autopago (si el tamaño del súper lo permite)
  • Política de devoluciones rápida, si fuera necesaria.
  • Sistemas de pago contactless y móviles.
  • Cajeros bien atendidos en horas punta.
  • Asegúrate también de que tu personal está preparado para estos momentos de más movimiento, sin perder la amabilidad.

06. Refuerza tu presencia online y geolocalización

Muchos clientes buscan en internet antes de salir de casa. Si no apareces bien en Google Maps, redes sociales o directorios locales, puede que elijan otro súper que esté mejor posicionado. Estar visible es fundamental.

  • Mantén actualizados horarios y fotos en Google Business.
  • Responde reseñas y muestra atención al cliente.
  • Publica en redes promociones rápidas o “packs urgentes”.
  • Indica claramente si aceptas pagos con tarjeta, Bizum, etc.

También puedes estudiar si te interesa activar un pequeño servicio de pedidos por WhatsApp o teléfono para compras express.

07. No olvides: lo pequeño también suma

Adaptar tu supermercado a las compras de última hora no significa transformar todo el negocio. A veces basta con pequeños cambios: reorganizar una estantería, añadir una caja rápida, o cambiar un cartel por otro más útil. 

Lo importante es ponerte en el lugar del cliente que entra con prisa y necesita una solución rápida.

Además, este tipo de compras pueden ser la puerta de entrada a nuevos clientes. Alguien que llega por una urgencia puede descubrir tu buen trato, tu variedad de productos y terminar volviendo más veces… y con más calma.

En definitiva, en este caso, las prisas pueden ser buenas.

En un mundo cada vez más acelerado, los supermercados que saben responder a las necesidades reales del cliente tienen mucho ganado. Las compras de última hora son una oportunidad para diferenciarte, vender más y fidelizar

No se trata tanto de competir con grandes superficies, como de saber jugar bien tus cartas como comercio cercano, flexible y útil, para responder a una necesidad real de muchos consumidores.

¿Tus clientes usarían una app de tu supermercado?

Cada vez más negocios se están digitalizando. Desde grandes cadenas hasta pequeños comercios de barrio, todos buscan una forma de conectar mejor con sus clientes. Y aquí es donde muchos supermercados que no han dado el paso se preguntan: ¿vale la pena invertir en una app propia?

No es una decisión sencilla. Implica tiempo, dinero y esfuerzo. 

Pero también una ventaja competitiva importante que pasa por conocer en profundidad en qué consiste contar con una app propia en tu supermercado.

¿En qué consiste tener una app propia?

No es simplemente “estar en el móvil”. Va mucho más allá. 

Se trata de ofrecer a tus clientes una herramienta personalizada, fácil de usar y siempre accesible, que les permita hacer la compra, informarse, recibir ofertas o comunicarse contigo directamente desde su teléfono.

Contar con todas esas funcionalidades tan a mano del usuario tiene una implicación que también merece la pena tener en cuenta.

¿Qué implica tener una app?

Primero, necesita un diseño pensando en tus clientes: qué buscan, qué les gustaría encontrar en ella y cómo puedes hacer su experiencia de compra más cómoda. 

No es lo mismo una app pensada para un supermercado de barrio con reparto a domicilio que una para una cadena más grande con varias tiendas.

Una app propia también requiere inversión en desarrollo y mantenimiento

No es algo que se haga una sola vez y ya está. Hay que actualizar, corregir errores, mejorar y asegurar que funcione bien tanto en Android como en iPhone.

Además, vincularla con tu sistema de stock y cobro, gestionar pagos seguros, mostrar precios actualizados y mantener toda la información al día. Es decir, no es un simple catálogo digital: es una plataforma interactiva que debe estar bien pensada y bien cuidada.

Por último, una app también es un canal de comunicación

Te ayuda a enviar notificaciones, informar de cambios en el horario, compartir promociones personalizadas e incluso crear programas de fidelización con puntos, descuentos o premios por compras repetidas.

¿Por qué una app puede ser buena idea?

Tener una app no es solo “estar a la moda”, bien usada aporta ventajas reales y responde a lo que tu cliente necesita.

Estás presente en su móvil

Hoy todo el mundo lo lleva encima, así que tener su supermercado a un clic le ayuda en cualquier momento. Es más fácil que te compren si estás ahí, en su bolsillo, justo cuando lo necesita.

Puedes lanzar promociones personalizadas

Te permite enviar notificaciones y ofertas que se ajusten a lo que cada persona compra, por ejemplo: si alguien compra fruta cada semana, puedes mandarle un cupón del 10% en plátanos.

Una manera de fidelizar sin esfuerzo.

Permites hacer la compra desde casa

Prácticamente todos los clientes buscan ahorrar tiempo, y si cuentan con una app que permite llenar el carrito desde el sofá y pasar a recoger o recibirlo en casa, ya tienes una ventaja frente a esa competencia que aún no ha dado este paso tecnológico.

Te da datos muy útiles

Una app bien configurada te permite saber qué productos gustan más, a qué hora compran, si han dejado un pedido a medias…, sabiendo esta información puedes mejorar decisiones de stock, horarios o precios.

¿Qué funciones puede tener una app para tu supermercado?

Una app no tiene por qué ser complicada, puedes empezar con lo más básico e ir creciendo, según lo que necesites:

Funciones básicas

Antes de ofrecer cosas complejas, es fundamental que cubras lo esencial:

  • Horario actualizado y ubicación del supermercado.
  • Información sobre promociones y ofertas.
  • Listado de productos destacados.
  • Tarjeta de fidelidad virtual.

Funciones avanzadas

Ahora bien, cuando ya tengas tu negocio más digitalizado o quieras dar un paso más, puedes añadir otras funciones más completas:

  • Seguimiento del pedido
  • Compra online desde la app.
  • Chat con atención al cliente.
  • Sistema de valoraciones o sugerencias.
  • Reserva de productos frescos o por encargo.

Una buena idea es empezar poco a poco, con una versión sencilla y, si funciona, incorporar mejoras, para tener claro si lo que estás invirtiendo recoge sus frutos.

¿Cuáles son los inconvenientes?

Aunque vemos y parece que tiene muchas ventajas, antes, como decimos, de hacer una inversión importante en ella, hay que tener en cuenta los posibles problemas. 

No todo el mundo se la va a descargar

No todos los clientes están dispuestos a tener más apps en el móvil, sobre todo si no ven un beneficio claro. Por eso es esencial acompañarla con promociones o ventajas exclusivas.

Necesita gestión y mantenimiento

No basta con lanzarla, necesitas a alguien que suba ofertas, revise los pedidos, responda a dudas… y mantenga la app actualizada para que no dé fallos.

Supone una inversión

El coste no es altísimo, pero hay que pensarlo bien. 

Si tu tienda es muy pequeña o tienes pocos clientes, puede que no te compense, en esos casos, quizás sea mejor estar en redes o usar WhatsApp Business antes de dar el salto.

Tener una app propia puede ser muy útil, sobre todo si ya tienes una base de clientes fieles, buscas destacar frente a la competencia o quieres ofrecer un servicio más cómodo y moderno.

Eso sí: no es obligatorio ni para todos los casos, y debes pensarlo superbién. Lo importante es tener claro qué quieres conseguir y si esa herramienta sinceramente te acerca a ese objetivo.