Los supermercados no dejan de aplicar estrategias para atraer, y retener, a los consumidores.
Una nueva tendencia que en los últimos años ha tomado fuerza es la reducción de productos de fabricantes tradicionales, y el incremento de la oferta de marcas blancas.
Este cambio está transformando la manera en la que el consumidor se enfrenta a las decisiones de compra, ve menos productos en lo que siempre ha confiado, y más marcas blancas en los lineales, con un interesante precio y una calidad que compite perfectamente con las anteriores.
¿Qué son las marcas blancas?
Las marcas blancas, marcas propias o de distribuidor, son productos fabricados por una empresa para ser vendidos bajo la marca del minorista, más económicos, en gran parte, por la reducción de costos en publicidad y distribución.
Llevan el nombre del supermercado o una marca específica creada por la cadena que lo distribuye, suelen ser fabricados por terceros, y se venden bajo la marca del supermercado.
Este aumento implica que los establecimientos están dedicando más espacio y recursos a la promoción y venta de sus propios productos, en detrimento de los más conocidos por los clientes, algo que para unos y para otros, tiene sus ventajas.
Ventajas para los supermercados
Al ofrecer marcas blancas, tienen un mayor control sobre calidad y precio de los productos, les permite ajustar sus ofertas según las preferencias y necesidades de sus clientes.
Las marcas blancas generan mayores márgenes de beneficio por los costos más bajos de producción y comercialización.
Son productos de buena calidad a precios competitivos, lo que ayuda a aumentar la lealtad de usuarios satisfechos con las marcas blancas, que tienden a regresar, generando una base de clientes más estable.
Beneficios para los consumidores
Más baratas que las marcas de fabricantes, los consumidores notan un importante ahorro sin sacrificar la calidad, es evidente que este tipo de productos ha mejorado significativamente y son comparables, si no superiores, a las marcas de fabricantes.
Los consumidores tienen más opciones para elegir, y encontrar, productos que se ajusten mejor a sus necesidades y presupuesto.
Impacto del aumento de marcas blancas
La disminución de marcas de fabricante es la consecuencia de la decisión de los supermercados de reducir la cantidad de productos de marcas reconocidas en sus estanterías.
El cambio impacta en las tres “patas” que intervienen en el proceso, productores, establecimientos y consumidores, para todos supone una variación es la forma de actuar a la que necesitan adaptarse.
Impacto en los establecimientos
En lugar de ofrecer variedad de marcas conocidas, los supermercados optan por llenar sus estanterías con las suyas propias, esto no deriva en que desaparezcan por completo, pero su presencia se ve notablemente reducida.
Control y flexibilidad
Mayor control sobre su stock, pueden ajustar rápidamente su oferta para responder a las tendencias del mercado y a las preferencias de los consumidores.
Una manera más ágil y flexible de adaptarse a los cambios en las demandas de sus clientes.
Margen de beneficio
Por norma general, generan mayores márgenes de beneficio, al eliminar intermediarios y reducir costos tanto en marketing como en distribución.
Los supermercados ofrecen productos de alta calidad a precios más competitivos, aumentando sus ganancias.
Diferenciación
Permiten a los supermercados diferenciarse de la competencia, con la oportunidad de ofrecer productos exclusivos que no se encuentran en otros comercios, lo que atrae a los consumidores y fomenta su lealtad a la tienda.
Relaciones con proveedores
Los supermercados pueden renegociar términos más favorables, o buscar nuevos proveedores que estén dispuestos a producir productos de marca blanca.
Impacto en el consumidor
A medida que los supermercados aumentan la oferta de sus propias marcas y reducen la presencia de las procedentes de fabricantes tradicionales, los hábitos de compra y las percepciones de los consumidores están cambiando.
Ahorro económico
Las marcas blancas suelen ser más baratas, menos costos de marketing y distribución permiten adquirir productos de calidad a precios más accesibles.
Calidad mejorada
Las marcas blancas han mejorado significativamente en términos de calidad, con productos comparables o incluso superiores a las de fabricantes, un aliciente para el cliente que encuentra en ellos la satisfacción y confianza, en los propios productos y en quien los produce.
Evaluación de alternativas
Anima a los consumidores a probar alternativas a las marcas de fabricantes que tradicionalmente compraban, en muchas ocasiones deriva en descubrimientos positivos, y a un mayor interés a cambiar de marca.
Reducción de variedad
Una consecuencia negativa, al centrarse en sus propias marcas, los supermercados reducen la cantidad de opciones de fabricantes, y limitan las elecciones de consumidores que prefieren determinados productos de marcas específicas, y los encuentran con más dificultad.
Disponibilidad y lealtad
Suelen estar siempre disponibles, los supermercados tienen un mayor control sobre su suministro, una ventaja para los clientes que buscan fiabilidad en sus compras, a la vez estos clientes satisfechos con las marcas blancas aumentan su lealtad al supermercado que las ofrece.
Impacto en los fabricantes
A medida que los supermercados reducen la cantidad de productos de marcas reconocidas en sus estanterías, y aumentan la oferta de sus propias marcas, los fabricantes también notan como cambia la situación.
Disminución de la visibilidad
Con más espacio en los estantes dedicado a las marcas blancas, ven reducida su visibilidad en las tiendas, con una consecuente e innegable disminución en las ventas y en la su cuota de mercado.
Competencia de precios
Deben encontrar formas de justificar sus precios más altos, a menudo a través de mejoras en la calidad, la innovación del producto o campañas de marketing efectivas.
Fortalecimiento de la marca
Los fabricantes intensifican sus esfuerzos en marketing para fortalecer la lealtad a su marca con campañas publicitarias, más creativas y enfocadas, el apoyo de influencers y celebridades, o la promoción en plataformas digitales y redes sociales.
Por otro lado, desarrollan narrativas de marca más sólidas que resuenen con los valores y emociones de los consumidores, como historias sobre la herencia de la marca, la sostenibilidad y la responsabilidad social se utilizan para conectar más profundamente con los consumidores.
Alianzas estratégicas
Con minoristas, para crear productos exclusivos que solo se vendan en ciertas cadenas de supermercados, pueden incluir la co-creación e, incluso, un desarrollo de campañas de marketing conjuntas.
No son pocos los establecimientos que cuentan con una marca blanca y que apuestan por su calidad para hacer frente, y ponerse a nivel, de las habituales marcas de fabricante.
Se trata, en definitiva, de ir adaptándose a los cambios del mercado y a las necesidades de los consumidores para ganarse su confianza y fidelidad.