Plátanos en mal estado

Alimentos en verano, seguros del supermercado a casa

En el ámbito de los supermercados, es prioritario comprender cómo el calor impacta la calidad nutricional de los alimentos, y qué medidas tomar para preservarlos de manera efectiva

Este conocimiento no solo es esencial para mantener a los clientes satisfechos, asegurando que los alimentos, una vez que se realiza la compra, se mantienen en buen estado, desde que salen “de tu casa” y llegan a la suya.

Para conseguirlo, antes de nada hay que tener claro cómo perjudican las altas temperaturas a los alimentos.

¿Cómo afecta el calor a los alimentos?

Las altas temperaturas tienen efectos importantes, y peligrosos, tanto en la calidad nutricional, como en la seguridad de los alimentos. 

Productos que, durante todo el año, apenas necesitan cuidados y se mantienen con facilidad durante el plazo que les corresponde, ahora, en pleno verano, ves como necesitan precauciones especiales para mantenernos en condiciones de ser consumidos

Se trata de los alimentos frescos, como carnes, frutas y pescado, pero no solo de ellos, sino de otros que una vez abiertos, hay que acelerar su consumo.

Efectos del calor en los alimentos

Claro que hay unos más delicados, como los frescos que hemos comentado, o los huevo, o los lácteos, que deben mantener una temperatura adecuada, pero, por lo general, hay unos efectos comunes a todos los alimentos que sufren estas altas temperaturas veraniegas.

Crecimiento microbiano

Estas temperaturas crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y otros patógenos, lo que termina en intoxicaciones alimentarias si no se tiene más cuidado con ellos.

Pérdida de nutrientes

Vitaminas como la C y la B se degradan rápidamente en condiciones de altas temperaturas, algo que afecta a su calidad nutricional, y como consecuencia a la salud de quienes los ingieren.

Deterioro mucho más rápido

Frutas, verduras, carnes, y lácteos son especialmente susceptibles a deteriorarse rápidamente, esto aumenta de manera alarmante la cantidad de desperdicios, y de comida no aprovechada por ponerse mala antes de tiempo.

Estrategias que aseguran la calidad de los alimentos

Conseguir un estado adecuado para su consumo, es una tarea que debe hacerse en dos bandas, por un lado, los supermercados, desde su de recepción al momento de su compra, y por otro los usuarios, desde que los compran hasta el momento de su consumo

En el caso de los supermercados, hay diferentes acciones para conseguirlo:

Refrigeración adecuada

Asegura que los alimentos perecederos se mantengan a temperaturas adecuadas, la mayoría de los productos frescos deben almacenarse a menos de 5°C para prevenir el crecimiento bacteriano.

Rotación de inventarios

Usa el sistema FIFO (First In, First Out) para asegurar de que los productos más antiguos se vendan primero, con eso reduces el riesgo de que los alimentos se deterioren antes de ser consumidos.

Transporte eficiente

Vehículos refrigerados para que los alimentos lleguen en perfecto estado al lugar de almacenaje o refrigeración, minimizar el tiempo de exposición al calor es crucial.

Embalaje protector

Materiales que ayuden a aislar los alimentos, las bolsas o cajas térmicas y los geles refrigerantes son particularmente útiles para mantener su frescura, y conservarlos hasta su consumo.

Monitoreo constante

En áreas de almacenamiento y transporte, aprovecha la tecnología para rastrear la temperatura en tiempo real, y tomar medidas correctivas inmediatas si detectas problemas.

Educación al cliente

Informa sobre la importancia de mantener los alimentos refrigerados desde el momento de la compra hasta que lleguen a casa, puedes ofrecer bolsas térmicas como parte del servicio, un valor añadido, a tener en cuenta en los meses de verano.

Los alimentos desde su compra hasta su consumo

Un manejo adecuado de los alimentos desde el momento de la compra hasta su consumo es esencial para garantizar su calidad, seguridad y valor nutricional. 

Conseguirlo es una labor común, tanto de supermercados como de clientes, que deben realizar su parte, en el momento en que uno de esos eslabones de esta cadena se rompa, lo que han hecho los demás, no sirve para nada.

Es un trabajo que va desde la compra a la preparación, y que evita una cantidad enorme de desperdicios.

Compra

Todo comienza con una compra informada, cuidadosa, y adecuada a cada uno, se trata de unas sencillas prácticas, como empezar por hacer una lista de la compra y planificar las comidas, con ambas ya evitas compras innecesarias, impulsivas, o por un cálculo inadecuado de cantidades.

Luego, una buena selección de productos frescos, con una fecha de caducidad conveniente, y una apariencia óptima, sin nada que haga pensar que están a punto de ponerse malos.

Esencial, colocar los alimentos perecederos, como carnes y lácteos, al final de la compra para reducir el tiempo que pasan a temperatura ambiente, con bolsas térmicas para protegerlos durante el transporte se consigue con facilidad.

Transporte

En todo lo posible, minimiza el tiempo de transporte para reducir la exposición de los alimentos a temperaturas no ideales, como en el punto anterior, las bolsas terminas son muy efectivas y cómodas para que no sufran un choque térmico que haga que se estropeen de camino a casa.

Además, mantener separados los productos crudos de los cocidos, y los alimentos listos para el consumo, es la manera de evitar una contaminación cruzada muy perjudicial para los alimentos.

Almacenamiento (ya en casa)

Coloca los alimentos perecederos en el refrigerador, o congelador, lo antes posible, de manera que se facilite la circulación del aire frío, aprovecha los cajones del refrigerador para frutas y verduras, y coloca en las zonas más frías carnes y pescados.

Un etiquetado con la fecha de compra asegura que vas a utilizar antes lo que primero llega a tu nevera, se trata de estar pendiente de ella, y rotar en su colocación, 

El refrigerador a una temperatura de 4 °C o menos, y el congelador a -18°C, asegura evitar el crecimiento de bacterias.

Los meses de verano cada vez son más agresivos en cuanto a sus altas temperaturas, tenlo en cuenta y prevé unas prácticas extraordinarias que preserven los alimentos en los establecimientos durante el mismo tiempo que en otra época del año.

Además, una información y educación al consumidor sobre cómo debe actuar es indispensable para evitar cualquier intoxicación, y un excesivo desperdicio de alimentos en estos meses.