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Etiquetado nutricional

Etiquetas nutricionales: se acabó no entenderlas

Saber leer una etiqueta nutricional es el primer paso hacia una alimentación más consciente y saludable. 

Y parece muy sencillo hasta que te enfrentas a una que, además de tener un texto superpequeño, se compone de palabras que no entiendes, y de números de los que no sabes su significado.

Hoy vamos a acabar con esa confusión, para que la próxima vez que te tomes un minuto en revisar las etiquetas, y entenderlas exactamente, no tengas ningún problema.

¿Para qué sirven las etiquetas de los productos?

Las etiquetas nutricionales de los productos no están ahí solo como un formalismo, son una herramienta valiosa para que los consumidores entiendan mejor qué compran o comen. 

La información que contienen ayuda a comparar productos, controlar nuestra ingesta de calorías y nutrientes, y tomar decisiones más saludables, basadas en hechos, no en suposiciones, ni en lo que se ha oído en la televisión.

Por ejemplo, si se busca reducir el consumo de azúcar o de grasas saturadas, una rápida revisión de la etiqueta permite ver de un vistazo si ese producto se ajusta a esas necesidades, igual para asegurar si ese alimento aporta suficientes vitaminas y minerales.

En definitiva, las etiquetas muestran exactamente qué porcentaje de las necesidades diarias cubre ese alimento.

Su importancia es crucial, ayudan a evitar el consumo excesivo de ciertos ingredientes como sodio, grasas saturadas o azúcares, que tienen un impacto negativo en nuestra salud si se consumen en exceso.

Por otro lado, también permiten asegurar la obtención los nutrientes esenciales como fibra, proteínas, vitaminas y minerales que son vitales para nuestro bienestar.

¿Cómo entender el etiquetado de los productos?

En un supermercado, hay a un sinfín de productos, cada uno con su etiqueta nutricional, y están ahí para ayudar a tomar decisiones informadas, pero, a menudo, parecen complicadas. 

¿Qué significan realmente todos esos números y porcentajes? 

Porciones: cuánto estás comiendo realmente

Antes de empezar a leer los ingredientes o los nutrientes, lo primero que debes fijarte es en el tamaño de la porción.

Esto es clave porque toda la información de la etiqueta se basa en esa cantidad, a veces, un paquete lo ves pequeño, pero contiene más de una porción, por ejemplo, una botella de refresco puede contener dos o tres porciones, aunque uno suele tomársela entera de una vez.

Consejo 

Si comes o bebes más de una, multiplica todo lo que aparece en la etiqueta, piensa que si la porción es pequeña, pero consumes el doble, también duplicas la cantidad de calorías, azúcares y grasas.

Calorías: energía para tu cuerpo

Indican cuánta energía te proporcionará el alimento.

Necesitamos una cantidad diferente de calorías según edad, peso, actividad física y otros factores, en general, una dieta promedio incluye unas 2.000 calorías diarias, aunque esto varía, por muchos factores, como el sexo y las necesidades diarias que hace que debas obtener más o menos energía para terminar el día.

¿Son buenas o malas? 

No todas las calorías son iguales, así que depende, lo realmente importante es fijarse también en de dónde vienen: de grasas, azúcares o proteínas. 

Las calorías provenientes de azúcares y grasas saturadas son las que hay que consumir con moderación.

Grasas: buenas y malas

Las grasas son necesarias para nuestro cuerpo, pero no todas son iguales. 

Las saludables, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas (en el aguacate, el aceite de oliva o el pescado), son buenas para el corazón. 

Pero las saturadas y las trans (en muchos productos procesados) aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas si se consumen en exceso.

Consejo rápido 

Busca alimentos con menos del 10% de grasas saturadas por porción y evita las trans tanto como sea posible.

Sodio: ojo con la sal

Esencial para el buen funcionamiento de tu cuerpo, pero, en exceso, perjudica.

Por lo general, se consume más del necesario, ya que muchos alimentos procesados contienen grandes cantidades de sal.

Truco sencillo 

Elegir productos con menos de 140 mg por porción (son opciones más saludables), no hay que olvidar que una dieta rica en sodio aumenta la presión arterial.

Azúcares: naturales y añadidos

Otra parte importante de las etiquetas. 

Hay dos tipos: los naturales (que vienen de la fruta y la leche, por ejemplo) y los añadidos (que se incorporan durante el proceso de fabricación, como en los refrescos y las galletas).

¿Qué deberías saber? 

La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de 25 gramos (6 cucharaditas) de azúcar añadido al día, lo mejor es leer las etiquetas con cuidado y reducir los productos con altos niveles de ella.

Proteínas: el poder en tus alimentos

Fundamentales para construir y reparar tejidos en tu cuerpo. 

Se encuentran en carnes, huevos, productos lácteos, legumbres, frutos secos y muchos otros alimentos, las etiquetas indican la cantidad por porción.

Importante 

Para una dieta equilibrada, se debe consumir entre 10% y 35% de las calorías diarias en proteínas, dependiendo de las necesidades.

Carbohidratos: la principal fuente de energía

La principal fuente de energía para el cuerpo, se dividen en dos tipos: simples y complejos. 

Los primeros incluyen los azúcares, mientras que los segundos (que encuentras en alimentos como el pan integral o la avena), proporcionan energía sostenida.

Dato útil 

Optar carbohidratos complejos siempre que sea posible, ya que son más nutritivos, y mantienen la sensación de saciedad por más tiempo.

Fibra: indispensable para una buena digestión

Esencial para una buena digestión y prevenir problemas como el estreñimiento, además, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes. 

La mayoría de los productos con granos integrales, frutas y verduras son buenas fuentes de fibra.

Recomendación 

Buscar alimentos que ofrezcan al menos 3 gr de fibra por porción, para que te hagas una idea, una dieta rica en fibra debería contener entre 25 y 30 gr diarios.

Vitaminas y minerales: los pequeños grandes detalles

Nutrientes esenciales vitales para el correcto funcionamiento del cuerpo, Entre los más comunes que verás en las etiquetas están la vitamina A, vitamina C, calcio y hierro.

¿Cómo interpretarlo? 

Lo importantes es fijarse en el porcentaje del valor diario (%VD) de cada uno, si un alimento tiene un 20% o más de un nutriente, se considera una buena fuente.

Por ejemplo, si un cereal tiene un 25% de hierro, es una buena fuente de hierro.

Porcentaje del valor diario (%VD), ¿cómo afecta?

Una guía rápida que te ayuda a entender si un alimento tiene mucho, o poco, de alguno en particular, basado en una dieta de 2.000 calorías diarias

Ante un %VD del 5% o menos, hablamos de un producto bajo en ese nutriente, si es del 20% o más, significa que es alto.

Ejemplo

Si una etiqueta indica que un alimento tiene un 15% de calcio, significa que esa porción proporciona el 15% del calcio necesario al día para una dieta de 2.000 calorías.

Las etiquetas nutricionales son más fáciles entender de lo que parece, o por lo menos, a partir de ahora con estos consejos, y recomendaciones.

Solo hay que tener en cuenta que cada producto es diferente, y que por eso mismo tiene una etiqueta en al que merece la pena detenerse un minuto antes de tomar una decisión.

El poder del contenido: crea un blog para tu supermercado

El marketing de contenidos ya es una herramienta indispensable para cualquier negocio de cualquier sector, y el de los supermercados no es una excepción

 Un blog bien gestionado llega ser un activo valioso para atraer nuevos clientes, fidelizar a los existentes y posicionar tu supermercado como un referente en tu localidad.

Creemos que es un tema importante para desarrollar y convencer de sus beneficios a quien todavía no lo esté.

¿Por qué un blog para tu supermercado?

Un blog te permite establecer una relación más cercana con tus clientes, compartir información relevante, y útil, sobre alimentación, recetas, consejos de compra y novedades del supermercado.

No solo eso, sino que desde el punto de vista del marketing digital en un aliado con el que cuentas que merece la pena aprovechar.

El contenido de calidad, optimizado para los motores de búsqueda (SEO), mejora tu visibilidad online, indispensable si buscas atraer más tráfico orgánico a tu sitio web.

Un blog te ayuda a destacar de la competencia y a situar tu supermercado como un experto en el sector, siempre recordando que no puedes hablar de cualquier tema, sino tener claro el tipo contenido que debes publicar y tu estrategia de objetivos.

¿Qué tipo de contenido publicar?

Todo aquel contenido que sea interesante para tus clientes, atráelos con temas relacionados con tus servicios y que ayuden a las visitas con consejos, información relevante y de actualidad, en resumen, todo eso que consigue que, para resolver consultas sobre ellos, sea a tu web a la que acudan.

Te damos unas ideas que debes adaptar a los servicios que ofreces y los productos que vendes, por ejemplo: 

Crea un recetario con ingredientes que se pueden encontrar en tu supermercado.

Ofrece tips para elegir los mejores productos, ahorrar dinero y llevar una alimentación saludable.

Comparte datos interesantes sobre los alimentos y sus beneficios para la salud.

Anuncia nuevas promociones, productos y eventos.

Presenta a los productores locales y cuenta sus historias.

Ofrece recomendaciones de productos de temporada, y recetas para aprovecharlos al máximo.

Consejos para crear un blog de éxito

Lo primero es tener claro a quién te diriges, debes conocer a tus clientes y crear contenido que sea relevante para ellos, luego asegura una frecuencia de publicación, lo mejor es contar con calendario editorial para garantizar la regularidad de tus publicaciones y la variedad de contenidos.

Utiliza un lenguaje claro y sencillo, olvida los términos técnicos que nadie entiende y adapta el tono a tu audiencia, incluye imágenes y videos, ten en cuenta que el contenido visual es más atractivo y fácil de entender.

Comparte tus publicaciones en redes sociales para promocionarlo y atraer más usuarios a tu web, y, luego, mide los resultados con herramientas de análisis para evaluar el rendimiento de tu blog, la mejor manera de darte cuenta de los errores y poder subsanarlos.

5 beneficios de un blog en la web de un supermercado

Dejando claro que no es solo un espacio para publicar recetas, sino una herramienta estratégica que puede impulsar el crecimiento de tu supermercado, veamos los principales beneficios de los que te vas a poder aprovechar con un blog en tu web.

01. Mejora del posicionamiento en buscadores (SEO)

Ya te hemos adelantado un poco sobre este tema, con contenido de calidad publicado, de manera frecuente consigues mayor visibilidad y vas ganando posiciones para superar a tu competencia.

Poco a poco aumenta tu autoridad y tu web es ofrecida a un mayor número de usuarios, es decir, los buscadores, como Google, te tienen en cuenta y te muestran con más asiduidad, y antes, que al resto.

Un blog bien optimizado (con un buen estudio del cliente objetivo y de las palabras clave adecuadas), atrae a un público interesado en temas relacionados con la alimentación, la salud y tus productos, sin necesidad de invertir en publicidad pagada.

02. Fortalece la relación con tu cliente

Cuando compartes información útil y relevante, demuestras tu conocimiento y experiencia en el sector, lo que aumenta la confianza de tus clientes, además de que te permite mantener una comunicación constante con tus clientes, ofreciéndoles valor añadido y fomentando su lealtad.

Un blog te permite mostrar el lado humano de tu negocio, con historias y anécdotas cotidianas que hacen ver los valores de tu marca.

03. Generas leads y aumentan las ventas

Una de las mayores ventajas de un blog es el enorme poder de atracción de nuevos clientes que buscan información sobre alimentación saludable, recetas o productos específicos, de los que tú eres experto.

Al presentarlos de manera atractiva y sugerir nuevas formas de utilizarlos, tienes la posibilidad de estimular las compras impulsivas y aumentar el ticket medio, a la vez que logras destacar promociones y novedades de manera más efectiva, aprovechando que con él llegas a un público más amplio.

04. Destacas de la competencia

Indudablemente, te posiciona como experto y, siempre que tu contenido sea de calidad, te sitúa por delante de tu competencia, destacando por el interés y el conocimiento que demuestras.

05. Mejoras tu imagen de marca

Un blog te permite construir una reputación positiva y asociar tu marca con valores como la calidad, la salud y la sostenibilidad, alcanzas a un público más amplio que aumenta el reconocimiento de tu trabajo en el sector.

Un alcance mayor no solo te genera beneficios a corto plazo, sino que el poder del boca a oreja te asegura que ese público que ahora te es fiel, en breve será toda una comunidad de seguidores convertidos en clientes.

Una imagen de marca se crea día a día a base trabajo y constancia, no solo en el propio establecimiento, con una atención personalizada de calidad, sino con una presencia online indispensable para alejarte de la competencia.

El poder del mundo digital es enorme y debes aprovechar de los beneficios que te facilita contar con un blog en tu web como manera de ayudar a que tu establecimiento sea un referente en tu especialidad.

Plátanos en mal estado

Alimentos en verano, seguros del supermercado a casa

En el ámbito de los supermercados, es prioritario comprender cómo el calor impacta la calidad nutricional de los alimentos, y qué medidas tomar para preservarlos de manera efectiva

Este conocimiento no solo es esencial para mantener a los clientes satisfechos, asegurando que los alimentos, una vez que se realiza la compra, se mantienen en buen estado, desde que salen “de tu casa” y llegan a la suya.

Para conseguirlo, antes de nada hay que tener claro cómo perjudican las altas temperaturas a los alimentos.

¿Cómo afecta el calor a los alimentos?

Las altas temperaturas tienen efectos importantes, y peligrosos, tanto en la calidad nutricional, como en la seguridad de los alimentos. 

Productos que, durante todo el año, apenas necesitan cuidados y se mantienen con facilidad durante el plazo que les corresponde, ahora, en pleno verano, ves como necesitan precauciones especiales para mantenernos en condiciones de ser consumidos

Se trata de los alimentos frescos, como carnes, frutas y pescado, pero no solo de ellos, sino de otros que una vez abiertos, hay que acelerar su consumo.

Efectos del calor en los alimentos

Claro que hay unos más delicados, como los frescos que hemos comentado, o los huevo, o los lácteos, que deben mantener una temperatura adecuada, pero, por lo general, hay unos efectos comunes a todos los alimentos que sufren estas altas temperaturas veraniegas.

Crecimiento microbiano

Estas temperaturas crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y otros patógenos, lo que termina en intoxicaciones alimentarias si no se tiene más cuidado con ellos.

Pérdida de nutrientes

Vitaminas como la C y la B se degradan rápidamente en condiciones de altas temperaturas, algo que afecta a su calidad nutricional, y como consecuencia a la salud de quienes los ingieren.

Deterioro mucho más rápido

Frutas, verduras, carnes, y lácteos son especialmente susceptibles a deteriorarse rápidamente, esto aumenta de manera alarmante la cantidad de desperdicios, y de comida no aprovechada por ponerse mala antes de tiempo.

Estrategias que aseguran la calidad de los alimentos

Conseguir un estado adecuado para su consumo, es una tarea que debe hacerse en dos bandas, por un lado, los supermercados, desde su de recepción al momento de su compra, y por otro los usuarios, desde que los compran hasta el momento de su consumo

En el caso de los supermercados, hay diferentes acciones para conseguirlo:

Refrigeración adecuada

Asegura que los alimentos perecederos se mantengan a temperaturas adecuadas, la mayoría de los productos frescos deben almacenarse a menos de 5°C para prevenir el crecimiento bacteriano.

Rotación de inventarios

Usa el sistema FIFO (First In, First Out) para asegurar de que los productos más antiguos se vendan primero, con eso reduces el riesgo de que los alimentos se deterioren antes de ser consumidos.

Transporte eficiente

Vehículos refrigerados para que los alimentos lleguen en perfecto estado al lugar de almacenaje o refrigeración, minimizar el tiempo de exposición al calor es crucial.

Embalaje protector

Materiales que ayuden a aislar los alimentos, las bolsas o cajas térmicas y los geles refrigerantes son particularmente útiles para mantener su frescura, y conservarlos hasta su consumo.

Monitoreo constante

En áreas de almacenamiento y transporte, aprovecha la tecnología para rastrear la temperatura en tiempo real, y tomar medidas correctivas inmediatas si detectas problemas.

Educación al cliente

Informa sobre la importancia de mantener los alimentos refrigerados desde el momento de la compra hasta que lleguen a casa, puedes ofrecer bolsas térmicas como parte del servicio, un valor añadido, a tener en cuenta en los meses de verano.

Los alimentos desde su compra hasta su consumo

Un manejo adecuado de los alimentos desde el momento de la compra hasta su consumo es esencial para garantizar su calidad, seguridad y valor nutricional. 

Conseguirlo es una labor común, tanto de supermercados como de clientes, que deben realizar su parte, en el momento en que uno de esos eslabones de esta cadena se rompa, lo que han hecho los demás, no sirve para nada.

Es un trabajo que va desde la compra a la preparación, y que evita una cantidad enorme de desperdicios.

Compra

Todo comienza con una compra informada, cuidadosa, y adecuada a cada uno, se trata de unas sencillas prácticas, como empezar por hacer una lista de la compra y planificar las comidas, con ambas ya evitas compras innecesarias, impulsivas, o por un cálculo inadecuado de cantidades.

Luego, una buena selección de productos frescos, con una fecha de caducidad conveniente, y una apariencia óptima, sin nada que haga pensar que están a punto de ponerse malos.

Esencial, colocar los alimentos perecederos, como carnes y lácteos, al final de la compra para reducir el tiempo que pasan a temperatura ambiente, con bolsas térmicas para protegerlos durante el transporte se consigue con facilidad.

Transporte

En todo lo posible, minimiza el tiempo de transporte para reducir la exposición de los alimentos a temperaturas no ideales, como en el punto anterior, las bolsas terminas son muy efectivas y cómodas para que no sufran un choque térmico que haga que se estropeen de camino a casa.

Además, mantener separados los productos crudos de los cocidos, y los alimentos listos para el consumo, es la manera de evitar una contaminación cruzada muy perjudicial para los alimentos.

Almacenamiento (ya en casa)

Coloca los alimentos perecederos en el refrigerador, o congelador, lo antes posible, de manera que se facilite la circulación del aire frío, aprovecha los cajones del refrigerador para frutas y verduras, y coloca en las zonas más frías carnes y pescados.

Un etiquetado con la fecha de compra asegura que vas a utilizar antes lo que primero llega a tu nevera, se trata de estar pendiente de ella, y rotar en su colocación, 

El refrigerador a una temperatura de 4 °C o menos, y el congelador a -18°C, asegura evitar el crecimiento de bacterias.

Los meses de verano cada vez son más agresivos en cuanto a sus altas temperaturas, tenlo en cuenta y prevé unas prácticas extraordinarias que preserven los alimentos en los establecimientos durante el mismo tiempo que en otra época del año.

Además, una información y educación al consumidor sobre cómo debe actuar es indispensable para evitar cualquier intoxicación, y un excesivo desperdicio de alimentos en estos meses.